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BALANCE DE MITAD DE CAMPAÑA

I.                    Otra semana negra para el candidato continuista

Justo en mitad de campaña al gobierno parece que le caen las siete plagas de Egipto. Hace meses, comparé al gobierno con un carro viejo, cuando no falla una cosa,  falla la otra. El dueño de un carro viejo, sabe que este dura más tiempo en un taller, que en la vía. Que lo mejor es salir de él  y comprar un carro nuevo. Lo que ocurre no es obra de la casualidad sino de los años y el poco mantenimiento.

Lo que pasa en el país tampoco es producto de la casualidad, sino de la mala gerencia gubernamental y de la conducción del país con criterios ideológicos que nos alejan cada vez más de lo que se puede denominar, un buen gobierno. Tras la caída del Puente de Cúpira, el presidente pudo constatar personalmente el malestar de los trabajadores de las empresas básicas por la negativa de la gerencia de la CVG a negociar los contratos colectivos, y de este hecho se enteró buena parte del país, puesto que el encuentro fue transmitido en cadena nacional de radio y televisión. No habían los chismosos terminado de comentar el intempestivo corte de la cadena, cuando ocurre un enfrentamiento entre bandas en la cárcel de Yare, con el desenlace de veinte muertos. A los dos días mientras Chávez cantaba en un mitin la típica canción “Río Manzanares”, este río inundaba la población de Cumanacoa.

Y para finalizar la semana, la desgracia mayor: una explosión en la refinería petrolera de Amuay, con un saldo, hasta los momentos, de cuarenta y un muertos. Hay que recordar los veinte mil trabajadores petroleros despedidos, producto de la huelga del 2002 y la politización de la empresa petrolera estatal. También que la empresa ha descuidado su misión central, para resolver cuanto problema existe en el país. Las cosas no suceden por casualidad.

El incendio en la refinería de Amuay lleva contabilizado a 41 víctimas y decenas de heridos.

Justo en la mitad de campaña, los hechos claman por un cambio urgente de gobierno, puesto que a todas luces da cuenta que este ya no puede más.

II.                El balance de la campaña

Me reconozco como una persona que disfruta el ver un buen partido de futbol, pero poco de las carreras de carros. Mientras en el futbol siempre ocurre algo (un tiro a puerta, un pase magistral, un dribbling, una patada al contrario), en las carreras de carros por el contrario el espectador puede estar largo tiempo mirando simplemente como los carros ruedan por el circuito en la misma posición, lo cual en lo particular me aburre. Pero no dejo de reconocer, que hay momentos de emoción, cuando el piloto que marcha en segundo lugar, comienza a acortar distancias con el que está de primero. Pueden ser varias vueltas de tensión, que termina cuando el primero es rebasado o cuando el segundo ya se da cuenta que el esfuerzo es inútil y  por tanto se dedica a mantener la posición y esperar de un golpe de suerte lo coloque en el primer lugar.

La competencia electoral actual, tiene más características de una carrera de Fórmula Uno que de fútbol. Cada candidato, haciendo su campaña de acuerdo a sus estrategias y circunstancias particulares. Sólo que el trabajo tesonero de Capriles y los errores en las alocuciones del candidato continuista parecen acortar las distancias entre ambos. Es de esperar que lo que, hasta ahora, ha sido una aburrida carrera, termine en un emocionante final.

III.             Las Estrategias

Capriles Radonskyno ha variado el mensaje que lo catapultó en las primarias opositoras. Se presenta como una opción suprapartidista. El mensaje trata de convencer al elector que representa una opción de buen gobierno en un ambiente de paz y tolerancia política. Como bien lo dice su slogan: “Hay un camino”.

El discurso es más propio de un candidato independiente, que de un militante de un partido político.  En ellos presenta soluciones concretas a problemas puntuales. Su campaña es una apuesta con pocas fichas y por lo tanto queda muchos lugares vacíos.. No se dirige a los votos que se consideran duros, entiéndase a los militantes de partidos políticos que conforman la Mesa de la unidad democrática (Mud) ni a la clase media, que ya considera ganada. Se cuida de vincularse a partidos políticos que la gente identifica con el pasado (Ad y Copei) puesto que su mensaje es futuro versus pasado. Chávez es pasado, pero los partidos que gobernaron al país, antes de él también. No hay decisiones  sin riesgo. Los adecos y copeyanos y la clase media, son necesarios para votar, pero también para cuidar los votos. Descuidarlos puede tener costos en el momento crucial.

Su tiempo lo dedica a los votantes indecisos de los sectores urbanos, ubicados en las zonas populares  de las ciudades grandes e intermedias,  y en las poblaciones rurales, que rara vez fueron tomadas en cuentas en campañas electorales anteriores. Sabedor de contar con pocos recursos para un enfrentamiento frontal con las fuerzas gubernamentales, ataca por los flancos, la campaña esta más basada en el contacto personal que en el uso de medios de comunicación masiva. Su tren de trabajo es arrollador.

Por su parte, el presidente y candidato continuista enfatiza su discurso en la incapacidad de Capriles de gobernar el país y de la amenaza que significa a los sectores populares de perder lo que han ganado. Por primera vez en sus quince años, en su discurso predomina la campaña negativa sobre la positiva. Da por sentado que la gente prefiere al socialismo que al capitalismo por lo que trata de dirigir el debate hasta el terreno ideológico. Hasta ahora no lo ha logrado. Se pensaba que los programas sociales iban a ser la punta de lanza de la campaña, pero este tema perdió el impulso que tenía en los meses previos a la campaña, cuando se lanzaron las llamadas “Grandes Misiones”: “Vivienda Venezuela”, “En Amor Mayor”, “Saber y trabajo” e “Hijos de la Patria”.

Contrasta su campaña actual con la realizada hace 6 años. En la que podía mostrar importantes obras de infraestructura realizadas en el país. Hoy estas no se ven y la gente reclama que todo lo que comenzó, se encuentra paralizado. Hasta los momentos hizo gala de la inauguración de un ambulatorio y un supermercado. Además debe de convencer a la gente que no está enfermo. Esto si lo ha logrado, no sabemos a que costo.

Sin embargo, más importante que su aparición física, es la exposición mediática. La campaña publicitaria es impecable- A todas luces muestra contar con buena asesoría y gente calificada haciendo los spot televisivos. Si todo fuera publicidad, se pensaría que existe un buen gobierno. La vinculación de la comunicación de gobierno y la campaña es impecable y el slogan Corazón de la Patria, se acoplan a la perfección en el mensaje. Tiene estrategias sectorizadas, pensadas para cada segmento: para los adultos mayores, Misión Amor mayor, para las madres solteras: hijos de la patria, para los desempleados, saber y trabajo.

Chavez rejuvenecido por el Photoshop, se muestra a lo largo de todas las vías de Venezuela.

A diferencia de Capriles, que trabaja con el supuesto que ya la tiene, Chávez trata de acercarse a la clase media. El problema es que no sabe como. Cree que puede convencerla con una ecuación de costo beneficio (te conviene que yo siga mandando le dice), pero no se da cuenta, que el problema no es la renta, sino los valores democráticos que difícilmente puedan convencer que Chávez los posee.

IV.              Los temas

La enfermedad. El tema fue superado por la fortaleza mostrada por el candidato continuista una vez iniciada la campaña. La gente no discute hoy la enfermedad y se asume que se compite con un candidato sano. Quien sabe. Parece que la procesión va por dentro y algo es seguro, ya no es el candidato de hace seis años.

La guerra de encuesta: Números dispares, encuestadoras pocos conocidas que salen a la palestra, empresas que antes coincidían, hoy muestran importantes diferencias.

Hercón Consultores y Predigmatica, ofrecen sus números a favor de Capriles. Cuatro puntos por encima. Nacionalmente se están dando a conocer en esta elección. Rumores de redes sociales y noticias, informan que el último estudio de Consultores 21, una de las de más prestigiosa en este campo,  confirman estos resultados. La encuesta no ha sido publicada, la información se maneja con cautela. Varianza, ofrece un resultado pequeño a favor de Chávez. No poseo información de Datos y de Keller, rumores indican que sigue la línea ofrecida por Varianza. Un tercer grupo lo conforman Ivad, Datanálisis e Hinterlaces. La diferencia entre ambos contendores se encuentra entre 10 y 20 puntos. La semejanza de todas ellas, en ninguna Chávez supera el 50% y se encuentra estancado, igual se destaca que el número de indecisos es mayor que la brecha entre ambos candidatos. Otras dos encuestadoras Gis XXI, actualmente dirigida por Jesse Chacón, la descarto por su sesgo claramente progobierno. Igual descarto a 30.11 por ser la encuestadora que pronosticara el triunfo del “Si” en el Referéndum Constitucional del 2007 por un margen superior a 10 puntos, que todos recuerdan que finalmente ganará el “No”.

La Gorra de Capriles: El espíritu de las leyes electorales es la prohibición del uso de los símbolos patrios en campaña electoral. La letra de la norma, indica específicamente como se debe desarrollar esta prohibición. Cualquier vacío da lugar a interpretaciones que le corresponde determinar a la jurisprudencia.  El presidente tiene catorce años haciendo uso de los símbolos patrios en su accionar político. El Cne le prohibió vestirse con el mono tricolor y usar el logo de la campaña en la publicidad oficial.  Capriles se colocó una gorra con los colores y símbolos patrios.  El Cne se lo prohibió y la gorra se convirtió en un símbolo de rebeldía de los partidarios de Capriles. Finalmente dejaron de tocar el tema.

Me preguntan porque la campaña me aburre, simplemente sigan los temas que salen a la palestra.

V.                 Los programas de Gobierno.

Congruente con su estrategia, el plan de gobierno de Capriles desarrolla un conjunto de acciones en cinco áreas programáticas de acuerdo al ciclo de vida de las personas: atención materno infantil, vivienda y entorno, formación y desarrollo, empleo y emprendimiento, salud y seguridad social. A partir de allí se enumeran una lista de promesas, que se esperan sean cumplidas durante su eventual gobierno. La calidad y pertinencia de los mismos no es tema de este artículo. Lo que si es importante es que se vincula con las necesidades y problemas de la gente.

Por su parte el plan de gobierno de Chávez, cumple con otra estrategia. Es grandilocuente y pretenciosa. Quizás su intención sea inspirar y emocionar. Sus objetivos son: consolidar la Independencia Nacional, continuar construyendo el socialismo del siglo XXI, convertir a Venezuela en una potencia, contribuir al desarrollo de un mundo multipolar y finalmente preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana. El programa se presenta en forma esquemática, Luego de los objetivos, los sub-objetivos y finalmente el plan de acción, que sigue la línea de predominio de la acción estadal sobre el sector privado, la creación de un estado comunal, versus el estado federal y el militarismo sobre la civilidad. Todo muy Giordani. Grandes objetivos que choca con las realidades cotidianas como el desempleo, el desabastecimiento, la pérdida de familiares en manos del hampa, o sencillamente quedar varado en una cola de tránsito.

VI.              Balance Final:

Es la lucha de David contra Goliat. La historia rememora las pocas ocasiones que los chicos vencen a los grandes. Porque lo contrario no es noticia. A pesar de la desigual competencia, Capriles ha hecho mejor las cosas, en esta etapa. Tiene limitaciones comunicacionales. Sus discursos no generan noticia, pero si esperanza. Su carisma posee otras características, no se parece a Chávez, y esa es su ventaja. Quizás sea lo mejor, un presidente que no sea tan noticioso pero más eficaz.

La pelea es contra los recursos del Estado, económicos y políticos. Desde que ganará las primarias, tenía el reto de acortar la distancia con el candidato de catorce años. Superar el escollo que significó que durante ese tiempo años las fuerzas que adversan a Chávez, se hayan dedicado a ver como se salía del presidente, que acompañando a la población en sus problemas. Capriles, como alcalde y luego como gobernador, fue una de las excepciones. Donde la oposición es gobierno, tienen más oportunidad. En las otras regiones, el primer paso es recuperar el contacto y lograr que lo escuchen. A Capriles,  ya lo conocen. La prueba esta superada. Tiene buena imagen. Algunas encuestas dicen que está cerca, otras que no tanto.

Por el otro lado, el candidato continuista se equivoca. Impone a Ameliach como candidato a gobernador del estado Carabobo, y regaña a quienes querían que fuera Lacava. Sus asesores le recomendaron que no siguiera informando de candidaturas.  La designación de Vielma Mora como candidato a gobernador de Táchira, tendrá que esperar. En Caruachi con los trabajadores fue recriminado frontalmente y en cadena nacional.

El piloto que va de primero, al ver que se le acercan se pone nervioso. En una de esas, se equivoca, se despista y lo alcanzan. ¿O será que ya lo alcanzaron?

¿Habrá alcanzado Capriles a Chávez, como ya señalan algunas encuestadoras?

LOS PUENTES ROTOS

El puente Cúpira: Una pequeña muestra de la ineficacia gubernamental en Venezuela.

I

Así estaremos que dejamos caer un puente de una de las principales rutas troncales del país. El puente de Cúpira, pertenece a la troncal 09 y comunica el oriente con el centro del país, incluida la capital de la república. El hecho ocurre en agosto, período vacacional, así que ese acontecimiento le ocasionará algunas molestias a los venezolanos que pensaban echarse una escapadita hacia las playas orientales por estos días. Peor para lo que ya estaban vacacionando y regresar a su ciudad de origen se convierte en lo que popularmente se conoce como un calvario. Dicen que guerra avisada no malta soldado, este tiene la peculiaridad de ser un gobierno militarista que no conoce ni sus propios refranes, porque bastante que le dijeron que el puente se iba a caer, pero como quien se lo decía tenía fama de opositor (escuálido de acuerdo a sus códigos), no había que hacerle mucho caso. El vicepresidente Jaua justifica el hecho aduciendo que le paso un montacargas por encima, y me pregunto, no es la dirección de transito terrestre la que tiene la competencia sobre el control de carga sobre las vías.
Dónde se mire la responsabilidad del gobierno nacional es completa. Hace tres años le quitaron de manera inconstitucional la competencia de las vías terrestres a las gobernaciones. Solo los revolucionarios pueden tener el monopolio del bienestar colectivo, ningún gobernador de la “burguesía” (sigo hablando en su lenguaje) puede tener responsabilidades que le permita granjearse la admiración del colectivo. Ahora culpan a Capriles, gobernador de Miranda, de la caída del puente, la gente se sonríe porque saben de quien es la culpa. Este puente se les cayó por simple negligencia, sin embargo el régimen se caracteriza no por construir, sino precisamente por tumbarlos.

II

Los sueños de grandeza, de la potencia Venezuela, de la prosperidad nacional se quebraron un día viernes en febrero de 1983. Se le llamó el viernes negro. Cuando la torta no crece, la manera de tomar un pedazo más grande es reduciendo el tamaño del pedazo que le toca a los demás. La desigualdad en Venezuela creció y cuando Carlos Andrés Pérez quiso acomodar las cosas, con soluciones propias de la ortodoxia económica, la gente salió a las calles a saquear. La respuesta de la clase política no fue la más adecuada. La represión de los días posteriores para tratar de recuperar los electrodomésticos robados, quebró en dos el puente que unía a los ricos con los pobres. La corrupción había quebrado los puentes de los políticos y la sociedad civil. La inflación había roto el puente de la confianza entre el empresariado y Venezuela, y en lugar de invertir prefería resguardar sus ahorros colocando sus divisas en el exterior.
Los signos no se percibieron hasta tres años después. La intentona golpista de unos militares felones y aventureros en lugar de contar con el repudio de la población contó con los aplausos de los desposeídos. Ingenuamente, la clase política los consideraron inofensivos y en lugar de aplicar la ley, fueron premiados con liberaciones sin juicio y cargos públicos. A los pocos años estaban en el poder.
A estos aventureros se les entregó la tarea de acomodar el rumbo del país. De transformar un país rentista en un país productivo. Esta tarea requería el concurso de empresarios, trabajadores, profesionales y academia. Lograr un sistema de incentivos, donde se premiara la creatividad y el esfuerzo y no el tráfico de influencias. Por el contrario, de dedicaron a destruir los puentes que conducían al progreso y la paz social y exacerbar el populismo que había generado los malos pasados.

Chávez: Desde que inició la presidencia se han quebrado los puentes de la concordia ciudadana.

III

En Venezuela, el gobierno de manera sistemática quebró los puentes que lo comunicaban con el país, con los sectores empresariales, con la representación laboral. Las universidades sucumben ante presupuestos cada vez más deficitarios y sus derechos tienen que hacerlos valer con huelgas de hambre. Se conocen de familias y amistades peleadas, por diferencias políticas. Veinte mil trabajadores expulsados de Pdvsa, una emisora de televisión fuera del aíre por capricho presidencial al igual que treinta emisoras de radio, no son precisamente obras de reconstrucción.

Mientras los puentes del consenso se destruyen, el gobierno subsiste con los puentes provisionales de la dádiva gubernamental y la retórica populista. Las clases medias se encierran en resguardo de sus vidas y bienes, en lugar de construir puentes, se construyen muros y se levantan cercas. En época de supervivencia el sálvese quien pueda, es un grito de desesperanza.

IV
En unas semanas, habrá un puente de guerra para restablecer el tránsito en la troncal 9. Un puente provisional para atender la emergencia. Se supone que las guerras son temporales y no requieren soluciones estructurales sino temporales. Una sociedad fracturada debe ir más allá de soluciones militares. La guerra que tenemos nació en la cabeza de a quien en mala hora decidimos darle el poder.

Capriles se diferencia. No insulta a los adversarios y habla de construir una Venezuela entre todos. Su propuesta es incluyente y conciliadora. Es hora de construir los puentes que nos separan y que nos acercarán a la Venezuela que todos queremos. Si Dios y la gente quieren, el 7 de octubre se comenzará a construir un camino.

Henrique Capriles ha realizado una campaña llamando a la reconcialiación.

PROGRESO VERSUS LA DESESPERANZA APRENDIDA

El estallido del Barroso 2, representó el hito que dejo atrás la Venezuela Rural y dio inicio a la Venezuela petrolera.

Hace apenas una centuria Venezuela era un país paupérrimo. Un país rural, agobiado por el paludismo, las guerras civiles y gobiernos que usaban el tesoro de la nación como si fuera su hacienda. La pobreza abundaba y como si se estuviera en la edad media a la caída de Roma, la gente buscaba la protección en los caudillos. En diciembre de 1922 al estallar el Barroso 2, el mundo cayó en cuenta del potencial petrolero que existía en este país. De ser un país rural comenzamos a ser un país petrolero.

Al morir el último de los viejos caudillos, el general Gómez, Venezuela estaba lista para cambiar, y cambió. A partir de 1920 el país creció de manera ininterrumpida. Lo mejor de todo fue que hasta la década de los setenta, este crecimiento fue con muy poca inflación. Para los que no manejan el lenguaje económico, lo que quiero decir es que año tras año, los venezolanos producíamos más productos y servicios y sin mayores alteraciones en sus precios.

El país percibió el progreso. Entenderemos como progreso lo que ocurre cuando el futuro de acuerdo a indicadores sociales y económicos es mejor que el pasado. Hay progreso, cuando los hijos comienzan a vivir mejor que sus padres, o cuando un adulto, gracias al desarrollo de su vida laboral y haber contado con la posibilidad de ahorrar logra alcanzar mejores niveles de vida, que cuando era joven. Durante cincuenta años, el venezolano progreso. De país rural paso a ser un país urbano, con una importante y próspera clase media. Los menos afortunados, que salieron del campo a la ciudad, e invadieron los que hoy son los sectores populares, estaban tranquilos. Solo era cuestión de tiempo, para que el progreso le llegara a ellos.

La construcción de la Plaza Francia en Altamira. La ciudad crecía y desarrollaba una vigorosa clase media.

El progreso no solo fue económico. De la dictadura gomecista, se llegó a la democracia representativa. Oleadas de inmigrantes llegaban a un país que ofrecía oportunidades a los desplazados por la segunda guerra mundial o por la guerra civil española y al período de postguerra que se vivió  en Europa. Luego fue el país escogido por los jóvenes profesionales del Sur de América que escapaban de las dictaduras que asolaron esos países.

Luego llego la crisis del Medio Oriente. El apoyo de los Estados Unidos y de las naciones europeas a Israel en el conflicto árabe israelí ocurrido durante el año 1973, y la negativa de vender petróleo con que respondieron los jefes árabes, desestabilizó los precios petroleros. El boom económico del mundo occidental, mantuvo los precios altos por unos años. Venezuela, no supo como manejar los excedentes. Creo una estructura institucional y económica que pasaría factura en los años posteriores. La dependencia del petróleo marcó nuestro destino económico.

Para 1978, la renta petrolera, perdió su carácter dinamizador de la economía. El crecimiento económico se detuvo y la inflación creció con el consecuente incremento de los precios de los productos y servicios. El progreso se detuvo. Los empresarios dejaron de invertir, el estado comenzó a deteriorarse y los venezolanos en lugar de enriquecerse se empobrecieron.

Un titular del periódico el sábado 19 de febrero de 1983, indicaba que las finanzas venezolanas habían tocado fondo.

En 1989, una sublevación popular, reprimida fuertemente, partió el país en la mitad. En 1992, una asonada golpista, llevada a cabo por una logia militar, en lugar de ser repudiada por la población, comenzó a ser aplaudida en los sectores populares. Ante la solución salvaje que mostraron los golpistas, gobernadores y alcaldes proponían salidas civilistas a la crisis. La solución se encontraba en las regiones, muchos venezolanos no la vieron. En 1993 cuando se eligiera a Rafael Caldera, los venezolanos asestaron un duro golpe al bipartidismo, pero también se rescató el espíritu centralista que tenía el viejo dirigente venezolano. En 1998 con la elección de Hugo Chávez se terminaron de derrotar los liderazgos de quienes dirigieron la crisis que estalló el viernes negro del año 1983. Pero los tiempos de cambio son contradictorios. Se le dio el poder a la logia militar, que ya había atentado contra la patria. La carrera militar te enseña a creer en la obediencia debida. Si estas abajo, obedeces, si estas arriba, mandas. La descentralización implica negociar y acordar, acceder a dejar cuotas de poder en manos de gobernadores y alcaldes. Eso no se entiende en una concepción militarista del poder.

Un militar podía saciar la sed de venganza de los más desfavorecido.

Las ilusiones de cambio que vinieron con Chávez, no cambiaron el rumbo del país. Por el contrario, generó una Venezuela mucho más subordinado a los ingresos petroleros y un venezolano más dependiente de la dádiva oficial. El país marcha por un peligroso sendero militarista, que amenaza acabar con las libertades civiles y que ha cercado al sector privado de la economía. El régimen se alimenta más que nunca de la renta petrolera. Pero la demanda de recursos es insaciable, y en su afán hegemónico, hipoteca el futuro del país.

Son más de treinta años, casi dos generaciones donde el país está estancado. Ante esta realidad, la gente pierde la esperanza de mejorar. Como el elefante que cuando joven es atado a un tronco, cuando grande, cualquier cuerda atada a su pata lo paraliza, no importa que la cuerda esté sujeta a una endeble silla de plástico, En el fondo se sienten atados a su situación de pobreza. Mucho de los jóvenes de clase media, miran allende al país, como otrora hicieran sus abuelos. Los de clase popular, no pueden tener esa esperanza. Algunos deciden la salida delincuencial. El padre Moreno, lo dice en el titulo de un libro: salen a matar gente. Buscan con armas en sus manos obtener la riqueza que la vida le negara. Un círculo vicioso de muerte y pobreza. Los más, por lo general desempleados o en la economía informal, ante la imposibilidad de un futuro mejor, se conforma con las dádivas que les da el gobierno.

Pareciera que todo estuviera perdido. Sin embargo hay voces que llaman al optimismo. Dirigentes vecinales que luchan por la comunidad, jóvenes de clase media que heroicamente deciden quedarse en el país, profesionales que quieren a su país y creen que en este país si hay oportunidades. Otros jóvenes de talento, desterrados por la política o el hampa, esperan el llamado de la patria para regresar.

Treinta años de estancamiento, pueden tener otras lecturas. La cantidad de cosas que hay por hacer; inmensidad de retos pendientes en un país donde las oportunidades sobran. Muchos empresarios lo saben, y apuestan por Venezuela. Los venezolanos responden a la crisis y Venezuela se transforma en un país de emprendedoras.

Hay quienes predican que hay dos Venezuelas. Podemos pensar que así es. Una Venezuela optimista, que ve las oportunidades, y aquellos que piensan que el que es pobre, pobre se queda.  La lucha por el futuro dependerá de quién contagié a quién.

Henrique Capriles Radonsky, es electo como candidato de la Unidad Democrática en una elección donde participaron más de tres millones de personas. Un joven forjado en la descentralización, nos dice que Hay Un Camino y nos invita a montarnos en el autobús del progreso. Luego de treinta años, donde aprendimos a perder la esperanza, alguien te dice que si es posible una Venezuela mejor y que se pueda progresar en paz.

Capriles Randonski: El adversario quizás no sea Chávez, sino la desesperanza aprendida.

Henrique Capriles Radonsky tiene el reto que la gente vuelva a fijar su vista en el futuro. Pienso que el candidato a derrotar no es Chávez ni su régimen. Pienso que el candidato a derrotar es la desesperanza aprendida.

CAPOLDO

Con la alianza Capriles López, las primarias parecen estar definidas.

Gracias al apoyo de Leopoldo a  la candidatura de Henrique Capriles Radonsky, la campaña se animó. Para serle franco estaba más sosa que un helado de yuca. Ahora con los dimes y diretes entre las toldas que mantienen mayores simpatías hizo que el ambiente se alebrestara por unos días y tomaran un nuevo aire. Todo normal, para quien conoce como son estas lides.

El político desea el poder. Los seis precandidatos, si no quisieran poder, no hubieran postulado sus nombres para la presidencia. Hasta los momentos todos parecen tener buenas intenciones. Pero el poder no es algo absoluto. No solo se obtiene poder siendo presidente, también se logra aliándose con el victorioso. Es lo que en ciencias económicas llaman el “second best” o segundo mejor.

Si algo hace un buen político es calcular. Sopesar los riesgos de cada jugada. Sabe que el ajedrez lo gana, quien puede predecir lo que irá a ocurrir diez movimientos después.  El mal político no sabe sacar cuentas. A veces la vanidad que le es inherente, hace que no calcule bien y confunda la estrategia. Tampoco es recomendable dejarse llevar por las emociones. Eso ocurre con el que va de segundo en un proceso electoral.

La principal equivocación que en ocasiones comenten lo que están de segundo en un proceso electoral, es suponer que los otros se les unirán para intentar vencer al que está de primero. Allí su error. El que va de tercero o cuarto, salvo diferencias ideológicas y éticas fundamentales, piensa otra cosa. La alianza la realiza con quien le brinda mayores posibilidades de poder. Por regla general si alguien no ve oportunidad de ganar, lo más probable será que apueste a ganador. Al final, lo que se busca es el poder y más lo garantiza un ganador seguro que otro probable. Seguro mato a confianza, dice la sabiduría popular.

La llave Capriles Radosnky – Leopoldo López, y que el ingenio de la gente que pulula en las redes sociales comenzó a llamar jocosamente “Capoldo” da un fuerte golpe a las aspiraciones de Pablo Pérez. Los votos no se endosan, en ocasiones puede tener razón, pero las características de los mercados electorales al que apunto cada candidato, le permite a un seguidor de López, sentirse más identificado con Capriles o Maria Corina que con él.

Barboza, una equivocada intervención.

Esta alianza es un jaque, que descuadra toda la estrategia de Pérez.  Un golpe fulminante  a lo que fue una campaña de conceptos muy pobres y sin un mensaje concreto que entusiasmaran a sus potenciales electores. Amparado en el aporte electoral del Zulia y el mito de la otrora gran maquinaria electoral de de AD, descuido que la principal razón de una elección es persuadir. Ahora, ve como el que esta arriba se aleja, y tiene que ocuparse como se le acerca Maria Corina Machado, quien recoge un importante caudal de simpatías, con la frase que hizo que esta campaña valga la pena “Expropiar es robar”.

El último monitor de Hinterlaces, informa que la pelea es entre Capriles y Maria Corina, creo que habrá que leerlo. Al final celebro que hay competencia. Si el triunfalismo se apodera del comando de Capriles, la disciplina se relaja y la gente pierde incentivos para votar. Paradójicamente, la abstención se convierte en el principal aliado de Pérez, también de Chávez

Desde la cima, el presidente espera. Piensa que la llave Capriles López se la pone más fácil. Y si es Maria Corina, mejor.  Unos burguesitos “hijos de papá”, no podrán con su carisma popular. Quien sabe presidente. A lo mejor la pelea no es entre izquierda y derecha, sino entre pasado y futuro, y creo que el ganador o la ganadora del 12 de febrero tendrán, en este sentido, mucho más que decir.

DE LAS FORTALEZAS Y LAS DEBILIDADES DE LOS PRECANDIDATOS PARA LAS PRIMARIAS

Análisis Foda

Recomiendan los  consultores de gestión empresarial que antes de emprender una estrategia se deben analizar las fortalezas y debilidades que se poseen y visualizar las oportunidades y amenazas del entorno. Creo no decir nada nuevo. Incluso cualquier persona poco conocedora de estos menesteres ya podrá imaginar que a partir de estos conceptos se puede generar una matriz 2X2 con estrategias para cada cuadrante,  aprovechar fortalezas y oportunidades de manera simultáneas, utilizar las  fortalezas para contrarrestar amenazas,  tomar las oportunidades para fortalecer la organización, o que hacer en caso que las amenazas ataquen las zonas débiles.

Por supuesto, una de las primeras tareas que deben realizar los equipos de campaña, aunque sea trillado y básico es realizar este análisis que por su acrónimo se conoce como matriz Foda (el nombre suele variar dependiendo del orden utilizado por los autores) para delinear estrategias posibles. Siempre es valioso, aunque no hay que limitarse solo a ellas. El análisis se puede realizar a partir de talleres de trabajo, con apoyo de expertos que pueden ser internos o externos, puede participar el equipo de campaña o consultar solo la opinión de especialistas de confianza. El hecho que se haga no garantiza el éxito, pero si incrementa la probabilidad de victoria en una contienda competitiva.

Prometí en mi último artículo del año anterior realizar un análisis de las fortalezas y debilidades de los candidatos que participan en las primarias propuestas por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que integra la plataforma unitaria que con mayor probabilidad de éxito enfrenta la opción reeleccionista del Presidente Chávez. Así que sin ánimo de proponer estrategias, sino simplemente de realizar un diagnóstico que permita ubicar a los electores analizaré de manera muy sucinta, las debilidades y fortalezas de los precandidatos presidenciales, que al igual que en el análisis anterior se realizará en estricto orden alfabético:

Diego Arria: La fortaleza se encuentra en poseer una imagen de gestión exitosa y reconocimiento internacional. Su pasantía en la gobernación de Caracas, se recuerda positivamente y ninguno de los precandidatos tiene su prestigio como diplomático. Su mensaje directo y confrontacional encuentra eco en los llamados opositores duros, pero tiene un alto rechazo en electores partidistas, o más pragmáticos. El problema es que esta gestión en la capital, se realizó hace más de 30 años. Sin ningún apoyo partidista no tiene ninguna posibilidad de éxito con miras a febrero del 2012. Su permanencia en el escenario electoral opositor parece responder a un posicionamiento de su imagen que le permita obtener puestos de influencia en un eventual gobierno opositor o simplemente un costoso capricho.

Henrique Capriles Radosnky: Un dicho muy popular reza que el que pega primero pega dos veces. El contar con unos números positivos a partir de su elección como gobernador de Miranda, permitió que Julio Borges de Primero Justicia, lo postulara públicamente como candidato a la Presidencia de la República en un programa televisivo cuando todavía  se estaban contando los votos de las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre del 2010, colocándolo desde ese entonces en primer lugar de las encuestas entre los candidatos opositores. Su fortaleza se encuentra en la imagen favorable como gerente público exitoso al frente de la Alcaldía de Baruta y la gobernación de Miranda. Su imagen de político joven pero experimentado, se asemeja al perfil aspiracional de la población, medidos en focus group realizado por Metropinión. Su otra fortaleza se encuentra en el apoyo de Primero Justicia, partido que cuenta con cuadros en la mayor parte de las ciudades importantes del país y con importantes apoyos regionales o locales. El apoyo de partidos de izquierda (Podemos, Causa R y Ppt) lo acerca al votante mediano. Las debilidades se encuentran en una oratoria que no destaca (calladito se ve más bonito), un programa de gobierno poco definido (pero necesario para evitar rechazos), una resistencia importante de las fuerzas políticas más importantes de la oposición con la excepción de su partido. El primer lugar en las encuestas, lo fortalece por quienes les gusta votar por ganador, pero a su vez lo convierten en el blanco de los ataques de todos los que aspiran a ocupar su puesto.

Leopoldo López: Cuando era alcalde de Chacao era el político que mejor se perfilaba en la población opositora, el potencial permanece. Ha batallado con importantes obstáculos de los cuales se puede decir que ha salido victorioso, pero con importantes heridas. La inhabilitación política a la que fue sometido en el año 2008 le impidió ser Alcalde Mayor de Caracas y por tanto le quitó visibilidad a su imagen, que luego se vio enredada en la lucha burocrática por recuperar la habilitación política. Su carácter indomable, causó problemas en los partidos en los cuales militó (PJ y UNT) quienes de manera soterrada le quitaron apoyo a su figura. La interpretación que dio el TSJ sobre el dictamen de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que le restituye sus derechos políticos, causa temores en algunos electores que sienten que aún ganando se interponga una sentencia que le impida asumir el mando. Su partido Voluntad Popular, todavía no cuenta son la suficiente fortaleza como para enfrentar a los partidos tradicionales (AD y COPEI) y los partidos emergentes (PJ y UNT). El apoyo de Proyecto Venezuela, le ofrece una plaza importante como lo es el Estado Carabobo y la sapiencia política de su fundador Henrique Salas Römer. Sin embargo para sus aspiraciones, el tiempo en contra tiene.

María Corrina Machado: La constancia y entrega a la causa son su principal credencial. Ser la imagen de la Ong Sumate y el importante apoyo que esta organización brindó a los eventos electorales de la oposición a Chávez en el período 2001 – 2006 le granjearon una importante simpatía en el sector opositor, que le valieron ser la diputada más votada en las elecciones parlamentarias del 2010. Sin embargo, esta población no la apoya por la “creencia” que no tiene entrada en las zonas populares, la cual no ha sido desmentida pos los estudios de opinión pública que se conocen.  Trata de sacar partido en lo que se diferencia de los otros candidatos, es la única mujer y de su independencia. Sin apoyo partidista le ha sido cuesta arriba mantener números en las encuestas que se manejan. A su vez, su mensaje y el sentido estratégico cambia a medida que no se logran los objetivos, con lo cual ninguno de sus mensajes logra establecerse.

Pablo Medina: Sin apoyos partidistas, sin recursos, sin un mensaje atractivo, ciertamente es de los candidatos que sobran en la contienda. No logra conectar ni siquiera con el sector salido del chavismo de donde proviene, tampoco cuenta consigo con el sector laboral, que sigue fiel a los partidos tradicionales o a Unt.. Solo se le aplaude su valentía, pero hace falta mucho más que eso para aspirar ganar las primarias, y por supuesto la elección presidencial.

Pablo Pérez: Posee el apoyo de tres de los cinco principales partidos opositores y es el gobernador del Estado que más votos aporta a la oposición. Esto le da una ventaja importante, que no necesariamente se reflejan en las encuestas, pero que puede salir en el momento importante. En unas elecciones primarias, donde el voto espontáneo pudiera fallar, las maquinarias serían el factor decisivo.  Las debilidades es que precisamente es el candidato de Ad y Copei, para muchos la principal causa que Chávez haya llegado al poder. Aunque el no lo represente, estos partidos siguen reflejando la manera vieja de hacer política, que es rechazada por la porción independiente de la oposición. En los debates no lució y así lo dejaron ver todas las encuestas posteriores.

Escenarios:

Elemento a considerar:

Es una elección primaria abierta, es decir que pueden participar todos aquellos que están inscritos en el registro electoral permanente. Esto da pie a analizar los posibles votantes de esta contienda y en ella se pueden distinguir dos sectores o perfiles opositores que destacan entre las múltiples variantes. Nos referimos al elector independiente y el elector partidista.

El elector independiente opositor no se siente a gusto con las maquinarias políticas, suele ser de clase media y orgulloso de su posición social, que siente que ha ganado por merito propio. Es antichavista convencido, al cual rechaza por su mensaje comunista procubano y antidemocrático. Se puede sentir atraído por el mensaje confrontacional, pero lee encuestas y se interesa por las cuestiones políticas, usa la información para su particular toma de decisiones, lo cual lo lleva a conciliar con posiciones más centristas, aunque no sean de su agrado. Se inclina por candidaturas alejadas a las decisiones cupulares, por lo que se siente cómodo con Henrique Capriles, Maria Corina  o Leopoldo López.  Vale decir que es el votante mayoritario opositor, pero no hay nada que garantice que salga a votar en febrero. Pueden contar con total seguridad que estará con el candidato del 13 de febrero con miras al día de la elección presidencial, pero no tiene nada claro sobre el candidato del 12 feb.

El otro perfil  es el votante partidista. No es independiente en sus opiniones, sino que respeta las decisiones tomadas por las autoridades partidistas. Dependiendo de la capacidad de la maquinaria puede tomar un papel muy activo en la promoción de los candidatos de su partido.

En este entorno existiría un candidato del elector independiente, que por los momentos lo representa Henrique Capriles por su posición en las encuestas, pero que bien lo pudieran ser  Leopoldo López y un candidato partidista, representado por Pablo Pérez.

En este contexto, se visualiza dos escenarios principales:

  1. Alta votación y alta polarización: Ante la convicción de que existen solo dos candidaturas con chanche (Pablo Pérez y Henrique Capriles Radonsky) se desinflan las otras candidaturas. En este escenario se favorece quien está mejor en las encuestas y muestra mayor independencia con relación al candidato de los partidos tradicionales,  por lo que la opción de Capriles Radonsky, luciría ganadora.
  2. Baja votación y fragmentación del voto: La votación queda en manos de las maquinarias partidistas, lo que favorece a los partidos tradicionales, entiéndase AD y Copei. El voto del estado Zulia adquiere una importancia enorme y el voto de los poblados más rurales tiende a tener un peso determinante, cuya maquinaria es dominada por el partió Acción Democrática. En este escenario habría una victoria amplia de Pablo Pérez.

NO FUE UN DEBATE, PERO NO IMPORTA

Los precandidatos al final del conversatorio.

No puedo evitar las comparaciones. Mariano Rajoy del Partido Popular (PP) y Alfredo Rubalcaba del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) tuvieron un debate, que si bien fue respetuoso, no dejo de ser duro, con un Rajoy que no dejaba de señalar los fracasos del actual gobierno español y un Rubalcaba, tratando que Rajoy confesara su intención de revocar el estado de bienestar apenas llegado al gobierno. En las campañas electorales se combina tanto la campaña positiva (mostrar las virtudes propias para obtener el voto), como la campaña negativa (demostrar las falencias del otro para evitar el voto al contrario), esto no tiene que ver con campaña sucia (crear una imagen distorsionada del adversario a través del uso de la mentira) y eso fue lo que intentaron los candidatos españoles, quizás con más énfasis en lo negativo que en lo positivo.

Regreso a Venezuela, donde los precandidatos inscritos en la Confederación de partidos conocida como la Mesa de la Unidad Democrática, tuvieron igual un evento al que llamaron debate, aunque muchos dudan que esto finalmente sea lo que haya sido. Leamos la definición que Wikipedia hace del concepto: “Un debate es un acto de comunicación, que consiste en la discusión de opiniones contrapuestas sobre un tema entre dos o más personas.” La definición del Drae es mucho más escueta: Controversia o contienda, lucha o combate. Se entiende que por tanto que para que exista un debate, alguien tiene que estar en desacuerdo y básicamente eso no fue lo que se sintió en ese “acto”.

La obsesión por la unidad en las fuerzas opositoras, que se entiende porque en las actuales circunstancias posee características existenciales para la opción democrática del país, llevó a que cada candidato presentara sus propuestas, sin tratar de enfrentar las ideas de los contrarios. La ausencia de temas conflictivos, le quitó algo de entusiasmo al debate que pareció más un juego amistoso, donde está claro que no pueden salir jugadores lesionados que pueden hacer falta para cuando comience el campeonato de verdad, por allá el 13 de febrero.

El formato, que hay que reconocer como justo y equilibrado, obligaba a responder las preguntas en un minuto, en ese lapso se pueden decir muchas cosas, pero también se dejan de decir otras tantas. Así Los candidatos los aprovecharon hablando del que y muchas veces del porqué, pero se dejó muchas dudas en el como. Sobre los temas, los candidatos hicieron variaciones en torno a propuestas, similares o complementarias, es decir volvemos a lo mismo, nada que implicara un debate o confrontación de ideas.

Quien ganó el debate, se sabrá en los próximos días cuando aparezcan las encuestas y las opiniones de los encuestados sobre el particular. En nuestro análisis, los partidarios pueden sentirse satisfechos porque ninguno decepcionó. Pero solamente dos intentaron diferenciarse, Maria Corina Machado y su propuesta de capitalismo popular y la relación entre bienestar y desarrollo empresarial y Diego Arria, quien apuntando directamente a los responsables de la actual situación venezolana propuso una Asamblea Constituyente, con un mandato de tres años y demandar al Presidente en la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad. Con eso se ganó el aplauso de la oposición radical, que con vista a las primarias, no dejan de ser un factor electoral importante.

La nota discordante: Intente ser objetivo, pero no puedo dejar pasar la alusión de Pablo Pérez de aspirar a ser el gran padre de familia de toda Venezuela. después de toda una historia de paternalismo y especialmente con 12 años de paternalismo extremo, lo menos que pido es un papá. Creo que ya somos un país adulto.